El trauma como cambio de paradigma

El trauma como cambio de paradigma

El animal humano está diseñado para experimentar, soportar y sobrevivir a los episodios traumáticos. 
Si no poseyéramos esta habilidad, la especie humana se habría extinguido poco tiempo después de haber nacido. Esta habilidad natural para "dejar ir" y de resolver las reacciones post traumáticas está genéticamente codificada en nosotros para poder así completar un proceso y luego comenzar algo nuevo como parte de un ciclo de evolución continuo. Cuando un evento traumático ocurre, el individuo se siente abrumado y la experiencia parece ser insostenible.

Sin embargo, es justamente a causa de esta experiencia abrumadora que la persona es forzada a abandonar su antigua manera de pensar para ir hacia una nueva manera de ser en el mundo. Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Martin Luther King, Madre Teresa, todos ellos experimentaron el trauma y utilizaron sus penas y dolores para desarrollar una respuesta más moral y ética a sus circunstancias traumáticas. Sus vidas nos muestran que el proceso de recuperación del trauma contiene la posibilidad de ayudar al ser humano a desarrollar una especie más moral y ética.

Si pudiéramos repetir este proceso en ciento de miles de personas, podríamos utilizar este poder transformador inherente al proceso de recuperación del trauma para transformar los principios éticos y morales de igual número de personas… los traumas en masa tal vez sean el proceso a través del cual la especie humana está evolucionando hacia una especie más ética. Los sobrevivientes del tercer mundo tal vez sean los precursores de una moralidad necesaria para atemperar la tecnología del primer mundo. Estos sobrevivientes tal vez sean la evidencia de la evolución natural de la especie humana desde la Era de la Tecnología hacia la Era de la Sabiduría.

La sabiduría nacida del trauma 

"No le deseo la tragedia a nadie, pero después de ese accidente, jamás dejo de decirle a mi esposa que la amo. Beso a mis hijos todos los días. La vida es más rica, más plena y más profunda de lo que nunca antes la había experimentado; tiene más significado y profundidad del que jamás había tenido." 

Este tipo de transformación de la vida luego de haber sobrevivido a una experiencia traumática es muy común. Las preguntas que imploran ser preguntadas aquí son: Cómo y por qué una experiencia traumática hace que vivamos una vida más profunda de lo que era nuestra vida anteriormente? Por qué simplemente no elegimos vivir la vida en su nivel más profundo antes de la tragedia? Por qué necesitamos pasar por una experiencia traumática para despertarnos y apreciar la vida al máximo? 

Como especie humana, estamos biológicamente preparados para experimentar, soportar y sobrevivir al trauma. No hay diferencia con otros organismos vivos del planeta, estamos genéticamente codificados para dejar ir y recuperarnos del trauma como una manera de deshacernos de cualquier experiencia que obstruya o interfiera con el proceso natural de evolución del cuerpo humano.
 

El resolver traumas pasados nos lleva al futuro. A través del interminable ciclo de recuperación del trauma, el ser humano aprende a adaptarse a las situaciones amenazantes. Este proceso de adaptación hace a las especies más fuertes y más sabias para protegerlas de futuros episodios traumáticos. Si no poseyéramos este instinto evolutivo natural, habríamos desaparecido como especie poco tiempo después de haber nacido. La recuperación del trauma es tan común como el trauma en sí mismo. El aceptar este aspecto de la vida, a veces desagradable, nos permite ver al trauma bajo una nueva luz… solamente dejando ir podemos liberarnos del pasado, ser llevados hacia el futuro y prepararnos para nuestra siguiente experiencia evolutiva.
 

Una vez que el trauma nos alcanza, nos vemos forzados, nos guste o no, lo deseemos o no, a aceptar la alteración de nuestro plan de vida. A veces estos episodios nos llevan a lugares de desesperanza e impotencia. Puede aterrorizarnos el reconocer la fragilidad, precariedad y vulnerabilidad de nuestra humanidad. El trauma nos expone a la crudeza de la vida. Desarma nuestra identidad y redefine nuestra visión de la vida.

Sin embargo, es precisamente gracias a que esta experiencia destruyó los puentes de nuestras antiguas formas de pensar que nos vemos forzados a ser de una manera nueva en la vida. La viejas formas de pensamiento y de relacionarnos ya no son suficientes y una nueva forma de ser comienza a emerger. Descubrimos que del otro lado de este viaje aterrador tenemos el potencial para emerger a una nueva vida de madurez, compasión y sabiduría.




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